Chávez, el piti-yankee

¡Ahora si nos fregamos! Ahora resulta que Chávez es la vedette de Oliver Stone.

Un director muy yankee, si señor, vale la pena recordar Platoon y Born in the fourth of July, si, así en inglés, porque este señor es un cineasta emblemático de la cultura gringa, esa que tanto odia el presidente comandante.

Sí, ahora viene y hace un documental sobre Hugo Rafael, el mandatario de todos los venezolanos. El hombre sale hipermaquillado con panqué hasta en los labios. Es que no es normal, lo único bueno de haber visto el tráiler en Noticias 24 es que a pesar del sueño que me tumba tengo que decir lo que pienso y ponerlo por escrito.

¿Cómo es posible que el señor Stone con todo ese “sentido social” hacia Latinoamérica no se proponga hacer un documental sobre la inseguridad en la que vive Venezuela, o sobre cómo se ha ido convirtiendo en un pobre país rico? ¿O será muy difícil hablar de la alta tasa de desempleo y los niveles de inflación que vive el pedazo de paraíso que es Venezuela? ¿Y de los niñitos en situación de calle?

Noooo el tipo se ha dado la tarea de mostrar lo bien que viven los presidentes de países tan pobres y tan improductivos como Bolivia y Ecuador, quienes como magnates lo recibieron en sus casas (a Stone), para decir que Chávez es lo máximo y que es la hora de América Latina será la hora de ellos como presidentes de esos pobres países que se hunden en la corrupción, en el desempleo, en las peleas de bandas, en la inseguridad, mientras ellos viven como reyes.

Stone regodeado y pavoneándose llegó con su cargamento de espejitos a deslumbrar a los indígenas del sur. A los que no les llega el sueldo para hacer mercado, a los que temen salir por la noche a los que no pueden comprar una vivienda propia, a los que viven en los ranchitos. Nunca les llegó un espejito, ergo, no los ha deslumbrado.

Ahora mostrará su documental por todo el mundo y ganará o unos cuantos festivales (más por ser Stone que por Chávez) sacará bastante dinero del morbo y la curiosidad de la gente y se sentará en su plástico pero adorado país a contar los dólares que esta payasada le reporte.

Tiene suerte el gringo. A este no le dijeron “yankee go home”. Por cierto ¿De cuánto sería esta vez el pago en verdes?