Madrid Pluvial
Para mi hermano Ismael.
Una ciudad hermosa, por donde se vea, hasta el rincón más pobre es bello. Mientras la llovizna moja las calles no dejo de pensarte. Esta llovizna cernida estará anegando tu alma y tus huesos, esos huesos que sienten y se resienten sobre los que construiste un sueño de vida que dejó de serlo, de seguro, momentáneamente, porque tengo la certeza de que sabrás levantarte y edificar otro sobre las ruinas con el firme propósito de que sea real y duradero.
Esta lluvia tonta que tiñe de gris los días de Madrid es mi regalo para ti ahora que tu imagen, como ella, empapa mi memoria. Esta lluvia tonta pasará como todo lo tonto que nos sucede en la vida, como los errores que cometemos, como las mentiras de las que nos arrepentimos y limpiará los pasos andados con tropiezos para enseñarte a pisar firme y escarmentado.
Levántate que faltan días húmedos, grises y helados con una garantía de sol.
Nunca te quejes de los días lluviosos, nunca de lo vivido, nunca de lo que tú mismo provocaste -a conciencia o no- sólo mira atrás, deja la lluvia aunque sea hermosa y sigue adelante.
1 comment
Que bonito escribes Silmar.
Oscar Gámez