Un merecido homenaje a las cantaoras

Madrid, 24 ene. 11.

Con el único objetivo de poner de manifiesto la importancia y, trascendental influencia que las cantaoras han ejercido en un tema tan fundamental para la música de tradición oral como es el cante flamenco, fue presentada, por su autora, Carmen García Matos, doctora en Historia por la UCM y folklorista, la monografía: ‘Las mujeres en el cante Flamenco’, durante una conferencia organizada por la Agrupación Ateneísta de Estudios sobre la Mujer Clara Campoamor, con la participación de personas expertas en la materia.

El texto, reivindica el papel de las mujeres en la historia y desarrollo del flamenco, recientemente declarado patrimonio intangible de la humanidad por la Unesco, a partir de la historia del género en el que las cantaoras han jugado un rol protagónico sin ser consideradas.

A lo largo de la obra de Carmen García Matos se destaca la participación de las mujeres en el desarrollo y consolidación del flamenco desde sus orígenes, mujeres que hicieron frente a la vida pública en un universo dominado por hombres y donde los ambientes en que debían desenvolverse no eran socialmente los más propicios ni aceptados para ellas, quedando en tela de juicio su moral y su honor.

…la monografía es un viaje realizado por la autora a través de los tiempos. Partiendo desde siglo XIX, cuando grandes creadoras como La Serneta, La Niña de los Peines, Pepa Oro, La Trini, entre otras, ejercían de tonadilleras que cantaban breves piezas durante los intermedios de la Tonadilla Escénica

Destaca la autora: “Solían prescindir y silenciar su nombre propio, las cantaoras eran llamadas niñas, discriminándolas de otras artistas (opera, teatro) para las que se reservaba el trato de doña o señora; esto da idea del escaso protagonismo y significado social de los que gozaban las mujeres intérpretes del flamenco”

Sin embargo, las 350 mujeres que se mencionan a lo largo de la obra de García Matos fueron sobreponiéndose a las etiquetas sociales y dejando su impronta indeleble en la evolución del cante jondo. Ellas, como representantes de su raza, han sido instrumento para que esta manifestación sea reconocida alrededor del mundo y, a la vez, sea escuchada la queja de un pueblo que siempre ha sido perseguido y ha ido imponiéndose a través de su arte.

Así la monografía es un viaje realizado por la autora a través de los tiempos. Partiendo desde siglo XIX, cuando grandes creadoras como La Serneta, La Niña de los Peines, Pepa Oro, La Trini, entre otras, ejercían de tonadilleras que cantaban breves piezas durante los intermedios de la Tonadilla Escénica, paseándose por la época del auge de los cafés cantantes, cuando las cantaoras significaron una marca de prestigio artístico, y donde destacaron La Parrala, la África o la Rubia de Málaga; para luego describir los tiempos dorados de la ópera flamenca, en los que muchas de las mujeres que se mencionan en el libro llegaron a ser, además de primeras figuras, empresarias, compositoras y organizadoras de eventos.

El trayecto culmina en nuestros días donde las mujeres siguen marcando pauta con su aporte en el proceso evolutivo del arte del cante jondo.

Para Amecopress.net / Ene 2011

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