Sin alimento para el alma

Leo el Universal quizás un poco tarde pero es ahora cuando tengo tiempo. El Ateneo de Caracas ha sido tomado y digo tomado porque no es otra la palabra que cabe para definir lo que se ha hecho ¿es que no hay más espacios que se puedan aprovechar? me lo pregunto al tiempo en que vienen a mi cerebro las tardes que pasé en los espacios de ese lugar mágico, las birras en el Café Rajatabla, los domingos de obras y café, las rumbas del también extinto Festival Internacional de Teatro de Caracas.

Cada vez añoro más mi ciudad, la ciudad que dejé no por querer sino por no poder y cada vez que el chismoso virtual de Facebook me trae noticias de mi añorada Caracas, se me hace un nudo en la garganta y en el corazón. Me lleno de preguntas que nadie responde y para las que sólo encuentro “no sés”. Y me entra una rabia ciega por la forma en que nos estamos dejando quitar espacios que son parte de nuestra vida, pero además culpa por no ser yo de los que están allá “dando la batalla” y justifico: qué clase de batalla es esa que se libra sin que nadie en realidad pelee.

Con esta noticia del Áteneo se me arrugó otra vez el alma y me volví a llenar de nostalgias, esas de las tardes de domingos con los amigos caminando por los espacios de este edificio donde conocimos el teatro, los buenos libros el cafecito alrededor de conversaciones inteligentes, donde gozábamos las rumbas de los off del acontecimiento anual que era el Festival Internacional de Teatro de Caracas, donde nos enamoramos y lloramos los despechos, donde quedamos para hablar, donde terminamos una relación. El punto de encuentro de no una sino varias generaciones.

Entiendo que ahora allí va a funcionar una universidad para las artes (Uneartes) pero ¿Es que no hay donde en Caracas? ¿Qué hay de las instalaciones donde funciona la antigua Escuela de Arte Cristóbal Rojas? ¿Por qué no aprovechar esos edificios que se hunden entre la miseria y la desidia, rescatarlos y hacer ahí una pequeña ciudad de las artes? ¿Por qué acabar con el único reducto de cultura que tiene la capital?

¿Para qué formar más artistas si le quitas los espacios para las artes? ¿Dónde se presentarán las obras de teatro y se expondrán las piezas de estos nuevos creadores? ¿Y qué hay de la promesa de transformar Miraflores y La Casona en Sendas Universidades? ¿Qué hay del espacio donde se pudre la Plaza Bicentenaria o Foro Libertador?

Me pregunto también ¿Qué nos ha pasado? ¿Es que decidimos que la ignorancia será ahora nuestra bandera? para que la suciedad, la miseria, la basura y la estética de lo feo se adueñen de una ciudad que se consideraba hermosa y donde al final, al parecer, no va a quedar nada que alimente el alma.

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