Un abrazo culinario
Disfrutar del sabor de la buena mesa en cualquier lugar del mundo, es algo que no tiene parangón, es una de las virtudes de las grandes ciudades imposible de olvidar. Madrid no se puede escapar de ello y se confirma en lugares como L’ Abbraccio; Capitan Haya, 51 (Plaza de Castilla).
Solamente cruzar las puertas de este restaurant ubicado en la zona de negocios de Madrid, es una delicia, no solo por el ambiente que en él se respira sino por su excelente atención y carta, en constante renovación y, en la que se ofrecen, platos de la gastronomía española y mediterránea tradicional, además de una variada gama de carpaccios a ser degustados por los comensales asiduos o esporádicos.
El placer de comer en este restaurant presidido en su decoración por un horno de leña que le imprime calor de hogar, comienza a percibirse desde el paladeo de la variedad de entrantes cuidadosamente elaborados así como de los exquisitos manjares preparados a base de pescados, carnes y mariscos que dominan su carta y que se complementan con una selecta bodega compuesta por las mejores añadas de las diferentes denominaciones de origen del territorio español.
Y es que luego de visitar por primera vez L’abbraccio, quedan ganas de regresar y de convertirse en frecuente favorecido de los sabores que se producen en su cocina, de la mano del chef Manuel Pérez. No en balde Carlos Porto, su propietario, hombre con más de cuarenta y tres años en el mundo de la hostelería, recibe de brazos abiertos desde hace veintiuno a sus comensales, con una atención inigualable en la que se acompaña del maitre José Vidal, en dos amplios salones para ciento treinta y ochenta y cinco personas, respectivamente, los que además de ofrecer al deleite del paladar pone a disposición para la realización de eventos corporativos con doce menús cerrados entre los 35 y 59 euros.
L’ Abbraccio se erige como una opción de lujo para gustos exigentes con una atractiva e inmejorable relación calidad-precio imposible de despreciar.
Con servicio de Parking concertado, aparcacoches, salón para fumadores y no fumadores.